En 2011, en el barrio porteño de Boedo, nació una bestia afecta al caos guitarrero en la escena del indie argentino. Esta criatura de cuatro patas, Polaco Ocorso, Chicho Guisolfi, Tom Quintans y Boui Vilche, bebió en las aguas de artistas como The Strokes o Guided By Voices y forjó un estilo propio que ha plasmado en seis discos: como si metieras riffs memorables, guitarras distorsionadas, letras íntimas y pegadizas de temática cotidiana y local, fútbol y amistad en la licuadora. Como su nombre indica, la banda tiene una identidad de tensiones: a la vez simples y complejos, melancólicos y luminosos. Para conocer el rock indie local, hay que haber cantado “Lo quiero mucho a ese muchacho” alguna vez.
“Vamos a destruir” (2023) es su más reciente disco de estudio, una coedición de Primavera Labels y Discos Laptra que retrata nostalgia, amistad y fuerza. En Vamos a destruir hay cabida para recuerdos de momentos del pasado, otras escenas donde las guitarras estaban (más) de moda y la defensa del poder de la amistad como herramienta sanadora.